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992 Llamémoslo patos.
leo, luego existo 17/09/14, 02:30

A veces creo que debería escribir todo lo que pienso, pero siempre llego a la misma conclusión: Mis pensamientos son demasiado oscuros como para querer leerlos algún día. O querer recordarlos... Aunque te lo juro, estoy empezando a creer que es la única manera que me queda de no volverme completamente loca. Y recalco el "completamente", porque obviamente loca ya estoy.



Locura. Depresión severa... Llámalo como quieras. Sólo sé que estoy cansada de que duela. Y cortarse ya no funciona.



Ahora mismo estoy en un lago. El porqué estoy aquí te lo diré luego; los patos se acercan. Invaden mi espacio personal, graznan, picotean la hierba de mi alrededor y eso hace que me ponga nerviosa.

Hoy he tenido un ataque de pánico. Creo que ha pasado un mes desde que tuve el último. Sentía que me moría. O al menos tenía ganas de hacerlo.

Estaba en el gimnasio, tranquila, con la mente en blanco. Entonces, cuando abrí la botella para beber un poco de agua, se me resbaló de las manos y empapó todo el suelo, haciendo que unas cuantas personas se apartaran e interrumpieran sus ejercicios porque, sencillamente yo les había arruinado esa posibilidad. Dios, me sentí tan culpable. Tan pequeña y tan indefensa... Tantas personas juntas y a mi alrededor, mirándome hacia que me ahogara. Por eso huí. Salí corriendo tan rápido cuando una de las asistentas apareció con una fregona.

El pulso me iba a mil, y yo me repetía que era absurdo sentirme así por una simple botella de agua. Pero la culpa seguía ahí, señalándome con el dedo. Y cuando las voces empezaron a martillear en mi cabeza robándome el oxigeno de los pulmones, y cuando me invadió por completo la sensación de inutilidad, de estorbo, de fracaso, no pude soportarlo. Era como si se me escapara de las manos. Como si no pudiera controlarlo. Porque, no sabes lo inquietante que es ese sentimiento de desolación. Como si nada tuviera sentido, como si el único consuelo, el único refugio, la única salida, fuera el suicidio.



Suicidarme. Esa idea ha estado tanto tiempo en mi cabeza que ya no recuerdo tiempo alguno en el que no pensara en ello. ¿Cuanto ha pasado? Ni lo sé ni creo que me importe. Solo sé que ya no es una opción; es un hecho. No sé cuando, pero algún día me quitaré la vida. Puedo notarlo. No sé donde será, ni cómo, quizás el puente por el que paso en estos momentos sería el lugar... Todo el ambiente está infestado del ruido que provocan las ruedas al deslizarse, al frenar, al acelerar contra la carretera. Coches. Motos. Camiones. A mi izquierda y a mi derecha. Las luces de la ciudad. El aire rozándome los brazos y haciéndome estremecer de frío... Todos unidos en una melodía que, muy posiblemente sea lo último que escuche cuando me vaya.



Irse. Irme. ¿Tiene sentido acaso? ¿De qué sirve vivir? Aun no lo he descubierto. Probablemente jamás lo haga. Es más, estoy segura de que ni siquiera hay un propósito. ¿Metas en la vida? ¿Qué coño es eso? De todas las personas en el mundo a mi me tocó ser la inútil. La que no sabe que hacer con su vida y la que no hace nada con ella. La gorda. La fracasada. La que no tiene ningún talento. La pobrecita ingenua que nunca estará preparada para el mundo real. La que solo lee. La que no tiene amigos. La que se adentra tanto en una serie o en un libro que la realidad le parece insulsa. Yo no pedí esto. Nunca. No es que me gustara la soledad. La gente cree que sí, porque he hecho que se lo crean. No me gusta, sencillamente me acostumbré. Bueno, ahora no me veo sin ella. Mi más fiel compañera. O al menos, me repetí tantas veces lo mismo que al final la acepté. Dejé que me envolviera entre sus espinas y ya no quiero huir. No me veo con fuerzas. En ningún sitio estaría segura salvo aquí.



Ella y yo.



A veces me habla cuando estamos a solas, antes me susurraba cosas que no entendía, como una radio mal sincronizada. Ahora la escucho perfectamente. Me habla tan claro que ha pasado a ser real.



Cuando, por las noches lloro en silencio, noto como la yema de sus dedos efímeros me acaricia el pelo, y murmura: Shhh, calla. Están durmiendo, no tienen que oírte. Llora sólo para mí.



¿Ridículo, verdad? A lo mejor es paranoia mía, quien sabe. Lo único que tengo claro es que si no lo suelto explotaré o me haré añicos. Pura pólvora a la que la arrastra el viento. ¿Y es que hay algo peor que vivir enjaulada en tu propia mente? ¿Por que el mundo no duele como yo?

Camino entre árboles y aceras. Sin ganas de volver a casa pero sin sitio a donde ir. ¿Será ese mi día a día? ¿Cómo hago para que tenga sentido respirar? Dímelo tú si es que me lees.



Pensar en eso por mi cuenta me entumece y me reafirma el hecho de que el día está cada vez más cerca.



Tengo miedo de no fallar.



Y cuando llegue me arrodillaré, lloraré, suplicaré y me humillaré; exigiéndole saber porque ha tardado tanto; porque esperó hasta verme desangrar para venir a recogerme. Todo eso callada, apretando los dientes para evitar sollozar. No. Como ya he dicho, estoy cansada...

De fondo escucho el pitido de los coches y después, silencio. Alivio. Los patos han dejado de graznar.



"-Murió haciendo lo que más quería.

-¿Y qué quería?

-Suicidarse."


Comentarios

Anónimo 17/09/14, 17:57
yo creo que si tienes un talento, el de la escritura, en lo demás no se como ayudarte, no se como aconsejarte, es triste ver cuanta gente enferma lucha por vivir y desea la vida con todas sus fuerzas, y al contrario leer cuanta gente desdichada desea morir y piensa en quitarse la vida, por que no aprovechas lo que tienes que es tu vida y es mas valioso que todo lo demás, si estuvieras en una silla paraplejica y no te pudieras mover ni ir al lago por ti misma que pensarí­as? quizás esos patos ya no serí­an un estorbo verdad? quizás querrí­as poder ir a verlos picotear junto a ti y escucharlos graznar y esa botella de agua desearí­as poderla sujetar y sentir como se resbala entre tus manos no sentir temor y pensar vaya! ops se me ha caí­do disculpen ahora mismo voy a por una fregona para limpiarlo y no te sentirí­as un estorbo sino útil para ti y para los demás también.

 

sadie 25/11/14, 03:08
Hola, al leer lo que has escrito no he podido dejar de llorar, porque me siento muy identificada con lo que escribes. Es lamentable tener que vivir con esta opresión en el pecho que no se va, tratando de ocultar las lagrimas que luchan por salir de mis ojos... En fin, espero algún día tener el valor de hacerlo, pero no es tan sencillo, a estas alturas de mi vida tengo miedo de todo, de vivir, de morir, del infierno...

 

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