Grito y nadie escucha, lloró sin lágrimas en los ojos, enojarme ni se diga; el mundo juzga las emociones y no deja expresarlas libremente.

Guardo las emociones en una caja de sombras, nadie la puede ver, quizás la vean como debilidad, la critiquen, o incluso la repudien. No el ser humano nace con emociones, y de qué sirven si no se pueden expresar.

Quisiera salir a la calle, gritar cuando no pueda aguantar las ganas de expresarme, ver el mundo sin sentirme bajo la lupa de los demás, evaluando mis actos.

Basta de tanto prejuicios, y de pensar que soy inocente, la inocencia se pierde al crecer. Ya no quiero ser siempre la comparación de otros, quiero ser yo nada más, si actúo de una manera es porque yo lo decidí, no por seguir a los demás.

Tal vez el mundo no esté preparado para expresarles y espero más de lo que recibó. Dicen "no estas sola", pero me siento sola al no tener a nadie a mi lado con quien compartir mis pensamientos, ya estoy hasta el límite, siempre escucho, sin embargo nadie es recíproco.