Realmente no tengo una historia. Soy jóven, poco recuerdo. Siempre supe que... tendía a guardar memorias negativas. Podría decirse que aprendí mucho de cada experiencia. Sé que si voy a un psicólogo va a decirme que tengo alguna enfermesad depresiva, no sé hasta que punto daría la razón a eso. No me considero suicida porque siempre me pareció la opción incorrecta... soy mucho más que eso. Me dolieron cosas, me cambiaron, me arrastraron. Me sentí utilizada, golpeada, poco entendida e incluso, nada... pero siempre hay algo. Si aún no morí, si no corte mis venas, no me inyecte aire o no salté desde mi azotea... es porque tengo una misión. No, no soy feliz. Pero día a día tengo que lidiar con gente que tiene muchos mas problemas que yo. E incluso ellos, no estan perdidos. Pienso en los niños de Etiopía y sus madres, en las mujeres que son secuestradas para ser prostituídas y en todas aquellas personas que se someten a la maldad o el desinterés del mundo. Yo no soy Dios y no sé si existe, pero a medida que pasa el tiempo se cruzan en mi camino, personas que sufren. Y no voy a permitir que mi sufrimiento omnubile mi vision, porque si tal vez no puedo ayudar economicamente o a enfrentar sus problemas, los puedo ayudar. Tengo tiempo para mí misma y para llorar en soledad, pero el mundo no me permite ser egoísta. Yo no me lo permitiría. Creo que, llegaría a suicidarme solamente si no pudiese cargar con todo lo que ta viví. Y puedo, así como cada ser humano puede. Nadie puede negarme llorar, zapatear o que me encierre. Pero la vida esta para vivirla y quiero ser fuerte. Si algún día vuelvo a agarrar un gillet (o como se escriba) y cumplo esa mision. Quiero al menos que alguien sepa qur... realmente no es mi intención. Estoy intentando, y para quien quiera, puedo ayudarlo a intentar. La vida nos espera.