Noviembre me trajo un trabajo de mierda con gente genial. Gente rota que me entendía e hizo bien. Desarrollé un lindo vínculo con ellos y nos juntábamos todo el tiempo, incluso me mudé por aquellos lares. Como siempre, todo se jodió y fue a la mierda. Extraño esa sensación de falso bienestar. Odio verle o darle simbolismo a algunas cosas porque ahora mucho me trae nostalgia y me duele más mi realidad.
A veces extraño el Barrio Chino.