Nunca prometas nada,no importa quien sea ni cuando,no lo prometas porque muchas veces a la hora de cumplir una promesa no solo se trata de querer hacerlo sino de poder cumplirlo.
No prometas nunca amar por siempre porque estamos a un solo paso de odiar,no prometas estar siempre al lado de una persona porque muchas veces queremos pero no podemos,podemos pero no queremos,queremos no poder y deseamos querer pero no.
Nunca mires a los ojos a una persona y prometas algo porque cuando falles,esa mirada te perseguirá toda tu vida,nunca prometas dar algo de lo que careces.
Nunca tomes de la mano a una persona y prometas vivir y morir a su lado porque la soledad te pasará factura de cada una de tus palabras.
Nunca mires a la luna y prometas volver por el/ella porque cuando sea demasiado tarde la luna seguirá allí y ella misma te clavará una daga en tu corazón.
Mejor quedate en silencio y desea con todo tu corazón,hazlo lo mejor que puedas y acepta que SIEMPRE hay un final en donde hubo un comienzo.
Yo le prometí a ella estar siempre a su lado,amarla,cuidarla y nunca fallarla y ahora mirenme,imaginen a un sujeto solitario en medio de la noche observando a la luna,llorando por sus fallas,lamentandose por sus palabras,deseando nunca haber roto esa confianza que le habían dado.
Escucho un triste sonar de guitarras y dolorosas notas de piano,me dicen que ella no es el centro DEL universo pero si de MI universo.
Un universo adornado por el frio y la soledad,un universo repleto de dolor y nostalgia,un universo en el cual el tiempo es una linea temporal que nunca avanza y tropieza a cada segundo con unos ojos azules y un cabello negro lacio y largo.
Un universo donde el aroma de su perfume es lo unico que puedo respirar,donde sus labios es el tesoro mas buscado y deseado,un universo donde sus palabras puede revivir todo lo que ha muerto.
Un universo vacio y repleto de dolor,impotencia y lamentos.
Un universo y en centro de mismo se encuentra ubicado un gran mirador donde mi mirada busca la suya pero jamás la volverá a encontrar.
Nunca y siempre...
Ana...