No todas las personas son egoístas. En lo personal creo que ni siquiera hay personas malas, sucede que todos creen estar en lo correcto cuando piensan lo que piensan o hacen lo que hacen, y es lógico, no se puede vivir creyendo que uno está equivocado. Algunos lo están de una manera garrafal, y hacen cosas terribles, pero no es maldad, es error, ignorancia, hipnosis... Sin embargo, y a pesar de todo, si les llegas por el lado bueno, en general te devuelven lo bueno de ellos. También hay tanta infelicidad porque las formas de pensar, de vivir y convivir actuales corresponden a muy antiguas circunstancias históricas, cuando había lejanía, desconocimiento, división y desconfianza entre los pueblos; cuando vivían aterrorizados los unos de los otros, amurallados, encasillados, pensando sólo en la guerra, en la conquista o la defensa. En aquel tiempo la consigna era "El desconocido y diferente es un peligro", y muchas veces lo era en realidad. Pero las cosas ahora son muy diferentes, las circunstancias han evolucionado espectacularmente en poco tiempo, los pueblos se conocen mejor, ahora están intercomunicados y emprenden iniciativa en pro del bien común, porque se han dado cuenta de que estar unidos y en paz es bueno para todos.

Sin embargo, los sistemas mentales de antes, fundamentados en el viejo "el desconocido o diferente es peligroso", continúan presentes en varios terrenos, reflejándose en las leyes, en las costumbres y en los sistemas sociales y económicos que fomentan o toleran la división, la competencia, el egoísmo, la superficialidad, la deshonestidad y la desconfianza entre las personas, organizaciones y pueblos. Esas formas de vivir del pasado obligan a vivir con condiciones que ya no son reales, prácticas ni convenientes para los nuevos tiempos; pero si las vamos evolucionando hacia formas de pensar nuevas, adaptadas a la necesidad global actual, la vida será más grata y feliz.

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