el año pasado me metí a un taller, yo ni siquiera estaba segura de qué hacía allí, llegué tarde el primer día y la profesora ya había empezado... yo pasé, escuché decir “ignoremos que alguien acaba de llegar” en forma de broma, se rieron, la miré y ella también mientras todos los demás tenían los ojos cerrados (hasta yo podría decir bastante cinematográfico) entonces pasó el tiempo, nos hicimos amigas, hablábamos por WhatsApp, a mí me gustaba, y como decía en uno de los poemas que me mandó “tú juegas y yo me lo tomo muy en serio”. Ella escribía, era increíble, muy talentosa, y en esos textos me mostró toda la oscuridad que la invadía pero no le dije nada, solo le presté atención. Salimos una vez, me invitó al teatro, me presentó a una amiga, me recogió otro día y fuimos a su casa, supe que estaba de novia, me desanimé, quedamos otra vez en una dulcería pero ya no era igual, aunque seguía babeando por ella todo estaba más tranquilo... luego otra vez nos vimos en el teatro y la última vez igual. Me dijo hace unas semanas tenemos una cita pendiente y yo estaba emocionada por eso, me dijo también “aprende a cocinar y regresas a mi casa”, le dije te devuelvo tu libro otro día aún no lo he terminado y todo parecía estar pasando tan rápido que una mañana cuando me enteré que se había suicidado me morí también. Y desde entonces siento que no tiene sentido seguir caminando, despertarme, alimentar este cuerpo que solo es cuerpo. Me entregué completamente a ella, mi arte, mi ser, mis días no eran días si no la pensaba y siempre lo fueron y lo siguen siendo. Tendría que explicarlo con más detalle para que esto no parezca absurdo pero ni siquiera sé a quién se lo estoy contando. Yo la admiraba, y cuando la conocí no fue del tipo de quien te arrepientes metiendo a tu vida porque tenías ciertas expectativas ella siempre superó, podíamos hablar de todo: poesía, música, festivales, teatro, arte, me decía “tengo una tostadora roja, ya la conocerás”, “colgaré tu cuadro en una de mis paredes, mi departamento es chiquitito y tiene un balcón chiquitito con vista al mar” y esas cosas insignificantes que no nombraría cualquiera. Era muy peculiar, como única en su especie, me dijo vamos a hacer grandes cosas juntas, yo te voy a ayudar a hacer tu camino. Le escribí canciones que le mostré porque ella nunca supo (o nunca le dije) que me gustaba. Un día antes de ESE DÍA me escribió, hablamos como siempre, bromeamos, me dijo mira “After Life” en Netflix y luego se despidió y yo pensaba contárselo al día siguiente pero todo desapareció, como si absolutamente todo se hubiera evaporado en mis manos. Antes de conocerla yo era muy independiente pero a partir de ella todo cambió. Es verdad que tenía deseos, pero ahora entiendo que solo quería satisfacerla, sorprenderla, hacer las cosas bien por ella. Hoy no tiene sentido. Ni siquiera me siento lo suficientemente buena como para lograrlo. Ella me preguntaba cómo estaba, que hacía, y desde hace semanas he descubierto que era la única que se preocupaba de eso, ni siquiera yo sé ahora cómo responder a esa pregunta... ni siquiera me siento “estar” en absoluto. Me distraigo, pero vuelvo a llorar, llorar por extrañarla, ella me contó sobre sus posibilidades de efectivamente elegir cuando irse pero nunca lo pensé, no por no creerle, sino porque simplemente no me pasaba por la cabeza imaginarme el mundo sin ella. Y estoy feliz, yo sabía que acá no estaba tranquila pero eso no quita que yo me sienta desdichada y perdida y triste y adolorida por su partida. La amaba, y no estaba segura de lo que significaba hasta ahora siempre me dije “el amor es general, no es solo romántico” pero cuando estaba alrededor suyo creí que era tan pequeño y tonto como eso, el romance. Ahora conozco el amor, el general, no era solo quererla de una manera, la quise de todas, ese amor que ni siquiera cabe en el significado de la palabra. Me dicen ella creía en ti, en tu arte, no deberías dejar de hacerlo pero ¿cómo hacerlo ahora? Si yo solo era un instrumento suyo, ella me inspiraba, yo creo que mi arte solo era una consecuencia de tenerla en mi vida y la extraño. Ya no está. Y me llevó consigo.