Drowned http://drownd.net
 
404 Sin título
Anónimo 23/08/12, 18:25

Soy una chica de 13 años. Mi vida empezó a cambiar cuando, con 6 años mis padres se separaron. Yo me quedé a vivir con mi madre. Por suerte, seguía viendo a mi padre todos los días; me llevaba al colegio, jugaba conmigo, y los fines de semana me quedaba en su casa a dormir, y lo pasaba genial con él. 


Al cabo de unos meses, mi madre conoció a un hombre a través de un chat. Nosotros vivíamos en Huesca, mientras que él era de Córdoba. Un día, después de cierto tiempo en el que mi madre y él mantenían conversaciones teléfonicas y demás, vino a visitarnos por primera vez. Yo estaba muy contenta, y él enseguida me cayó bien. Era bromista y divertido, y no me costo nada coger confianza con él (claro que yo tendría unos 7 u 8 años)


Sin embargo, mi relación con mi madre empezó a ir cada vez peor. No nos entendíamos, ella gritaba y me reñía con mucha facilidad, y yo no soportaba eso. Tan solo cuando venía Paco se mostraba algo más relajada.


Cuando yo tenía 10 años mi madre me anunció que nos íbamos a ir a vivir a Córdoba, con su pareja. Me negué en rotundo a aceptar esto y le aseguraba que jamás me iría, ya que yo tenía aquí a mis amigas, a mi padre y el resto de familia y una vida hecha. 


No me atrevía a contarle nada a mi padre, y mi madre tampoco tuvo la decencia de hablar con él. Al final, acabó enterándose por el padre de uno de mis compañeros de clase, que por casualidad sacó el tema a coación. Así que un día habló conmigo, y me dijo, que si quería, él podía pedir mi custodia, para así evitar que me marchase. Me ilusioné mucho ante esta posibilidad. Como yo con esa edad, todavía no podía declarar en el juicio, una psicóloga me hizo una entrevista en la que me preguntaban sobre los motivos por los que quería quedarme en Huesca, para así poder redactar un informe en base a lo que yo respondiera. Los resultados, en contra a lo que mi padre y yo esperábamos, fueron negativos: decían que yo estaba claramente influenciada por mi padre. Finalmente los jueces, guiándose por ese informe, no le concedieron la custodia a mi padre, y al finalizar el verano, me fui a Córdoba. Recuerdo perfectamente la última vez que estuve en casa de mi padre y como una lágrima resbalaba de su mejilla mientras las puertas del ascensor de mi casa se cerraban. 


El colegio en Córdoba, a pesar de que siempre he tenido dificultad para relacionarme con gente a la que no conozco, me fue muy bien. La gente fue muy amable conmigo y me integré muy bien y los estudios me siguieron yendo bien, como siempre. Cuando a penas llevaba allí medio año comencé a relacionarme con un chico con el que, si bien iba a mi misma clase, nunca había a penas hablado. Era muy inteligente, sarcástico y divertido, y con una forma de ser muy parecida a la mía. Y, a pesar de mi temprana edad (yo siempre he sido bastante madura), me enamoré de él. Al principio solo me gustaba un poco. Estuvimos juntos unos meses, pero finalmente me dijeron que le gustaba otra chica. Cuando teníamos 11 años, me dí con él mi primer beso. Era todo perfecto, y entre nosotros había mucha complicidad. Pero en Navidad, me engañó con una amiga, y todo volvió a terminar.


Por otro lado, la relación entre mi madre y Paco iba cada vez peor. Paco, a pesar de sus virtudes, es un hombre muy extraño. Es como si fuera bipolar, tiene una doble personalidad, y puede llegar a darle una importancia trascendental y cualquier hecho banal. Cuando esto sucede, deja de hablarnos a mi madre y a mí. Mi relación con mi madre solo ha hecho que empeorar. Nunca puedo hablar tranquilamente con ella. Lo único que hace es gritar y regañarme. Todo lo que hago le parece mal, y muchas veces, tras discutir con Paco se encierra en su cuarto a llorar. No tiene vida social, lleva prácticamente toda su vida en paro y tenemos muchos problemas económicos. Para colmo, está enganchada a uno de esos Juegos de Rol Online, y su vida se reduce únicamente al juego. 


El verano pasado, no paraba de repetirme que íbamos a regresar a Monzón. Sin embargo, a mí esta posibilidad ya no me seducía en absoluto; ahora era en Córdoba donde tenía mi vida. Y jamás le perdonaría que después de lo mal que lo pasé con la mudanza, me hiciera regresar ahora.


En Navidad, Semana Santa y verano voy a Huesca, y paso unos días con mi padre. Pero ya no me llevo bien con mis amigas de allí, no somos compatibles y no me divierto con ellas. Hace poco, mi padre me anunció que había conocido a una chica. No es que me lleve mal con ella, es más, creo que ella se esfuerza porque todo vaya bien, pero no puedo evitar sentir que, desde que esta ella, la relación con mi padre ya no es la que era. Me dedica mucho menos tiempo, y eso me entristece. 


Desde que empecé el instituto ya nada es tampoco lo mismo con mis amigos de Córdoba. El grupo se ha disuelto por completo, y no se con quién juntarme. Solo tengo un par de buenos amigos en los que se que puedo confiar, pero tampoco paso demasiado tiempo con ellos. Ya ni me hablo con la que en el colegio era mi mejor amiga (ella ahora es popular y sale con otra gente, lo cual ha supuesto un gran palo para mí), siempre que salgo me aburro y siento que muy poca gente me comprende.


Con Álvaro hubo un tiempo, hace no mucho en el que olvidamos todo lo que había pasado en el pasado, y volvimos a ser muy amigos, e incluso algo más. Pero con el pasó del tiempo me traicionó, contando cosas que yo le había dicho en complicidad y cosas por el estilo. Siempre se aprovechado del hecho de que yo le quería y no ha tenido ningún reparo en utilizarme y aprovecharse de mí. Puede llegar a ser un persona increíble, pero también el mayor cabrón. Ahora mismo no nos hablamos, y no quiero ni tengo intención de arreglarlo con él, no quiero saber nada más de él, pero lo cierto es que le echo muchísmo de menos. 


Además, desde hace ya un tiempo estoy obsesionada con perder uns cuantos kilos. No es que tenga mucho sobrepeso, pero tampoco soy como a mí me gustaría, y cada vez que alguien me hace alguna mofa al respecto (Álvaro en ocasiones las hacía) me siento fatal. Estoy constantemente mirandome en los espejos, de hecho, no puedo salir de casa sin haberlo hecho un par de veces. He intentado adelgazar montones de veces, pero al final siempre acabo comiendo de forma compulsiva. En un par de ocasiones, incluso he intentado vomitar.


En gimnasia, siempre he sido bastante torpe, y hay gente que se ríe de mí por ese motivo.


Aunque los estudios me siguen yendo bien, este año se me ha hecho particularmente pesado. Me supone un esfuerzo terrible madrugar todos los días para ir a clase y, cuando llego a mi casa, tener que ponerme a hacer deberes. Puede que suene a tópico, pero vivo esperando a que llegue el viernes, y los viernes, no hago nada divertido. Vivo esperando a que llegue el verano, y ahora que por fin llega, me resulta incluso más monótono que la rutina...


He llegado a plantearme seriamente el suicidio, porque no se me ocurre otra forma de afrontar la situación. Me encantaría poder estudiar una carrera, formar una familia y todas esas cosas, pero a veces no me siento con la suficiente fuerza para ello...Tampoco la tengo para suicidarme, realmente, lo se, y eso me resulta aun más horrible y agoviante...


Comentarios

Anónimo 24/08/12, 00:28

Si de verdad tienes 13 años y has escrito eso, lo primero que tengo que hacer es darte la enhorabuena :) Aunque tienes alguna falta, hay gente mucho mayor que tú que sería incapaz de escribir tan bien!

Por otro lado, piensa que aún te quedan más cambios en tu vida, algunos quizá sean a peor, y otros a mejor. Por ejemplo, cuando empieces la universidad, conocerás a más gente, y seguramente te vayas a otra ciudad. También, cuando termines, te irás a trabajar, y conocerás a gente nueva, y quizá también te cambies de ciudad. Así que no te agobies si ahora mismo no conoces a nadie interesante y te aburres.

Sólo te animo a seguir siendo buena en los estudios, y todo llega con el tiempo. Lo que está claro es que no tienes problema para relacionarte con la gente.

Sobre el sobrepeso, no tienes que obsesinarte, pero si quieres adelgazar, habla con tu madre, puedes acudir a un nutricionista que te dirá cómo comer, y hacer un poco de ejercicio. Conozco a alguien que haciendo esto, ha perdido 15 kilos en sólo unos meses, así que como ves, no tiene que ser un problema :)

Un saludo.

 

Responder



Introduce el siguiente código para demostrar que eres humano :)


Generar otro código.