Todos tenemos un demonio dentro de nosotros, sé bien eso. Pero, a decir verdad, me aterra lo que puede hacer esa "parte", en algunas situaciones, por ejemplo cuando experimento enojo o dolor.
Durante cuatro años he vivido de ésta manera. Al inicio creía que todo era luz, felicidad y paz.
Esos sueños que tenemos de niños nos hacen volar a otro mundo, en donde nosotros somos protagonistas. De algún modo, cuando somos niños camuflajeamos la realidad o bien, la alteramos.
Con el paso del tiempo, me dí cuenta que, todo es pasajero en esta vida, y a pesar de mis intentos por aceptar que en algún momento se iria de mi lado mi amada familia, formaba en mí una lucha interna: ¿Debo aceptarlo o seguir sufriendo por ello?
Mi abuelo falleció, y esa fue mi caída, intenté avanzar a pesar del sufrimiento causado por su muerte, y simplemente evadí la realidad. Lo primero que hice al enterarme de la noticia fue dormir, para no afrontarlo.
Terrible, pero cierto.
He actuado de esa manera tan inmadura, siendo cobarde y siempre evitando problemas porque según "yo" no sé cómo hacerlo.
Sé también que él estaría decepcionado, si yo solamente saltara y... dejara todo atrás, sería egoísta. Al fin y al cabo soy bastanre consciente de que cada quién toma sus decisiones, mirándolo de cerca. Sin embargo, me siento desesperada al no poder quitar estos pensamientos suicididas (quizá sean parte de ese demonio).
A pesar de distraerme, a pesar de salir con amigos y estudiar lo que más me gusta, me gustaría dialogar conmigo por lo menos una vez seriamente, y no dudar más. Asumir que, en algún momento, mi abuelo se tenía que ir, y yo... seguir.
Me gustaría... enfrentarlo, si es necesario llorar, gritar, eliminar esos horribles pensamientos y, hacer que me sienta bien conmigo misma. Entonces si eso quiero: ¿Por qué carajos no lo hago?