Mi caída comenzó cuando mi padre se fue.
Él en realidad no es mi padre biológico, es mi abuelo. Considero que es más padre el que cría, el que apoya, y el que brinda su cariño.
Recuerdo que fue hace cuatro años en el mes de marzo. Yo lo amaba mucho, y siempre lo amaré.
Sufría de diabetes, perdió su pierna, y le hacían diálisis. Mamá cuidaba de él, y el verlo sufrir y agonizar me mataba.
Los médicos dijeron que el estaria recuperándose en un par de días, y sentí esperanza, pero luego me fue arrebatada cruelmente cuando el falleció.
Mi único deseo era que mi familia jamás sufriera en todo aspecto, no pedía más.
Ahora he cambiado mi forma de pensar, y no puedo eliminar esos pensamientos suicidas que tengo, al no ser feliz, o no tener motivación. Me falta mi mitad. Entonces quisiera verlo, no importaría los medios, o estar junto a él... volver a ser una familia alegre y calidad de siempre. Me siento adolorido y entonces pienso en ella, mi madre que me apoya y retrocedo... no sé, no sé, cómo actuar... necesito una salvación a este dolor.