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370 Sin título
Te querré siempre bombón 22/07/12, 18:01

Hace 2 años caí en una fuerte depresión, por una larga y dolorosa historia que me ocurrió. Para tener algo de ilusión mi (ahora ex) novio y yo fuimos a un parque en el cual habían muchos gatos y las cuidadoras iban cada día a darlos de comer. Después de hablar con una de ellas nos comentó que hacía poco apareció un grupito de gatos bastante bebés y uno de ellos, el que parecía el mas pequeño, estaba enfermo y en el parque era posible su muerte. (Ya que hay gente que suelta a sus perros grandes a que corran, lógico) así que nos dijo que al día siguiente fuésemos a por él si nos interesaba quedárnoslo y aceptamos, allí aparecimos sobre las 18:00h del día siguiente. Nos comentó la misma chica del día anterior que parecía hembra y le dimos de nombre "Katty". Al poco tiempo "Katty" desarrollaba testículos y al darnos cuenta de que era macho decidí cambiarle el nombre, entonces mi chico me dejó escoger. Le renombramos por "Oreo" (por ser blanco y negro) y mientras lo sentaba en un sillón lo miré a los ojos y de corazón le dije que no me importaba su género, "te voy a querer igual". Oreo fue creciendo y haciendose mucho más guapo y fuerte cada día, dejando atrás enfermedades que tuvo en aquel parque, la mejora fue bastante momentánea y ésto nos trajo mucha alegría. Al tiempo me dí cuenta que el chico al que yo creía ver tan responsable y buena persona me engañó, en realidad, en ocasiones, actuaba sin cuidado alguno. Una vez llegó a mover el sofá para buscar un objeto caído y casi daña al animal al correrlo otra vez a su lugar, ya que se tumbaba a dormir debajo. Detalles dolorosos como aquellos hicieron nacer en mi un fuerte odio hacia la que entonces era mi pareja y, un buen día, decidí volver a casa con mis padres y cortar con el esa relación (en parte extraña por diversos motivos a parte de por Oreo)


Por entonces mis padres reñían bastante, mi padre tenía ansiedad porque no encontraba trabajo y mi madre andaba malhumorada casi todos los días. Pero, desde que mi bombón nació, apoyé mi alma en él y en realidad me dió la vida y la alegría que jamás tuve antes de tenerlo.


A los meses vimos como comía igual de bien que de costumbre pero no engordaba, así que, en más de 10 ocasiones, hicimos que visitara al veterinario. Dijo la veterinaria que podría ser causa de su mamá, ya que hay madres gatas que transmiten sus enfermedades a sus crías mediante la leche... No le dimos más importancia de la que tenía ya que en realidad hacía vida normal, jugaba, comía, bebía, dormía como un rey, amasaba mis piernas y me acariciaba la cara con su frente peludita y sueva como un gatito sano y feliz. Poco a poco mi madre y yo vimos empeorar al animal, en 1 año  aproximadamente dejó de jugar tal y como lo hacía habitualmente, comía muchísima más cantidad y seguía sin engordar y en su mirada se adivinaba la tristeza, estaba claro que algo le ocurría.


Hace 1 mes tuve que ausentarme 1 solo dia para hacer unos exámenes en la ciudad más cercana a mi pueblo y, mi madre aprobechando mi asuencia, llevó a Oreo al veterinario para que le dijera que le ocurría.


Al regresar por la tarde, cansada de andar todo el día fuera de casa me dió la noticia más dolorosa y triste que jamás me habían dado: OREO TENÍA CÁNCER. Y para colmo, no tenía cura, en realidad si, pero era la quimiterapia tal y como se la hacen a los humanos y ésto haría que perdiese gran parte de su pelaje, de su peso y de su alegría, la poca que le quedaba por su enfermedad...


Nos recetaron diversas pastillas y medicamentos para que intentaramos llevarlo sin padecer y así lo hicimos, hasta hace 3 días que el animal no se podía contener del dolor que sufría. Maullaba y se encogía como una bolita de lana y la impotencia se adueñó de mi vida entera. Mi madre y yo lo llevamos al veteriano a sacrificarlo, para que dejara de padecer y pasase a mejor vida. Lo metimos en el transportín y al llegar fuimos las segundas en atender, no esperamos ni 10 minutos lo que hizo que yo padeciese más, esos grandes y verdes ojos los iba a dejar de ver en cuestión de minutos. Al entrar la veterinaria le inyectó una especie de sedante que lo dejó dormidito, pero mientras iba a buscarlo lo abracé y lloré como nunca. Incluso mi madre lo hizo. Y, mientras la inyección le hacía efecto se iba acurrucando en la fría y metálica mesa...


Se llegó a dormir con los ojos abiertos, la veterinaria lo dejó tumbadito y, por elección propia, mi madre y yo decidimos irnos para no ver como moría, sólo lo vimos dormir. Jamás olvidaré la carita que me puso cuando me fuí, estaba en un sueño profundo, pero, sus ojos abiertos indicaban hacia mi. Me dejé media alma en la consulta y mi alegría se esfumó con su último maullido. Jamás olvidaré las ganas que me diste de vivir Oreo, siempre serás lo mejor que me ha pasado en la vida, tus mimos, tus dulces maulliditos y tu calor en la cama. Hace 3 días subió un ángel más al cielo, desde aquí MAMÁ NO TE OLVIDA CARIÑO, TE QUERRÉ SIEMPRE !!! (L) 


Comentarios

cote 03/08/12, 16:37

 

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