Sola, siempre sola; triste, siempre triste. Enfermedad, locura y muerte signando una vida que trató siempre de no ser insignificante. Nunca nada tuvo valor. Nacida sin ser querida, no abortada porque no hubo tiempo o coraje. Nada fue como se planeó. Nada fue como se soñó. Todos te buscan cuando te necesitan, después no existis. Peor, sí; otros están peor, siempre alguien está peor, pero yo nunca puedo despegar. Y cuando había renunciado a todo y perdido todo, aparece él. ¿Quién es él? Quien me enamoró, quien me ilusionó, quien era tan diferente pero tan igual. Pero todo era mentira, tiene una cataplasma a la que me dijo que había renunciado pero es mentira, la sigue teniendo prendida de sus pelotas; además, varias a quien les dice que las ama. A mí, solo me buscó porque era diferente, la sin uso de la que se asustaba pero a la vez quería estrenar. Después la nada, había que estar oculta para que la cataplasma conservara el lugar que ya no tenía. La sin uso había sido engañada. La sin uso siempre fue ingenua y tiene bien merecida toda la mierda que estuvo planeada para su vida. Ya es tarde para todo, tal vez Dios la ayude a salir de la oscuridad alguna vez. Sucia, ahora encima, quedó sucia y eso no se va ni con la ayuda de Dios. Que todos vivan felices, ellos se lo merecen.