Cada día lo mismo, o incluso peor. me levanto sólo porque debo hacerlo, hablo sólo porque debo hablar. Vivo sólo porque no tengo valor para dejar de hacerlo.
Y cada día tengo menos fuerza para resistir, para soportar tener que incluso respirar deseando no hacerlo. Y cómo se hace, cómo hago para sonreír con verdadera alegría. Cómo hago para quitarme el vacío inmenso que llevo en el cuerpo, porque está ahí, siempre esta ahí. Intento llenarlo con cualquier cosa, hablando con amigas, viéndome con chicos, hablando con gente, mirando peliculas, leyendo libros. Cualquier cosa que me saque de la realidad, pero llega el momento en el que estoy sola y me desmorono, no pasa un segundo que estoy sola y la angustia llega, me lleno de angustia, paradojicamente siendo que me siento tan vacía.
Intento ser positiva y pensar a futuro, pensar que todo llega cuando debe ser pero mi corazón no da más, no doy más. El alma y el cuerpo ya no me dan para sentir tanto dolor dentro mío, y quiero terminar con esto, deseo morir cada día. Cada día pienso en que lindo sería poder liberarme, poder sentir ese alivio en el último minuto. Y lo pienso y lo pienso, dudo que lo llegase a hacer, pero no sé cuándo va a ser el día en que sí sea capaz de hacerlo. Y me aterra, porque odio mi vida, odio vivir, odio sentir, odio amar, odio odiar, odio todo. Pero siento, siento demasiado, siento que sería injusto quitarme la vida siendo que hay tantos que luchan por vivir, y es eso lo único que me aterra. No valorar la vida, pero es que ya no puedo más. Ya mis alegrías son como chubascos, duran unos minutos y después ya ni rastros de que existieron.
Cada día pienso por qué, por qué no conocí el amor. No necesariamente amor de pareja, sino en sí un amor incondicional. Sé que eso me sacaría de todo abismo. Porque ahí estoy, en el fondo de un abismo, dudando si quedarme o esforzarme por salir. odiando estar ahí pero odiando el simple hecho de ser.