¿Qué podemos hacer nosotros, las personas sin esperanza en este mundo? Ya no hay ninguna razón.
No hay manera de elegir.
Estoy perdida.
La vida... Ha sido tan dura, que me ha dejado todas mis defensas destruidas.
Ya no sé cómo puedo protegerme a mi misma.
Soy muy diferente de las personas que están a mi alrededor.
Por eso no tengo familia, por eso nadie me quiere.
Incluso aunque pude haber muerto en aquel entonces, no me importaba.
Mi corazón no se aceleró, y no tenía miedo de pensar en lo que me hubiera pasado.
No me hubiera importado ser derribada.
Perdí completamente la esperanza.
Creo que ese es la razón de mi ingenuidad.
Al algo iluminar un poco la oscuridad dónde me encuentro, siempre se extingue aquella luz, dejándome en completa oscuridad otra vez.
Me aterra el siquiera pensar que no podré sobrevivir en este mundo sin recibir amor.
Pero, es inútil.
Todos aquellos en los que creí que podía confiar, me han abandonado.
¿Porqué?
No sé si todos estarían mucho mejor sin mi, pero sin duda estarían mejor.
Todos me dejaron, y nunca miraron atrás.
Llevo este dolor tanto tiempo, que ya nisiquiera recuerdo cuando empezó.
Mi madre, nunca entendí bien porque era que le guardaba tanto rencor...
Era verdad que hizo cosas horribles.
Pero nunca entendí muy bien la razón.
Pero después, comprendí.
No odiaba a mi madre por la vida tormentosa que llevé hace cinco años.
No odiaba a mi madre por los recuerdos amargos que tengo tatuados en mi mente.
La razón de mi rencor, era....
Que a pesar de haberme traído al mundo, nunca supo hacerme feliz cuando lo necesitaba.
Ahora mira en lo que me he convertido...
En una chica vacía y solitaria, que nisiquiera puede vivir su vida plenamente a causa de todas estas circunstancias.
A causa de eso, no creo que sea capaz de hacer a nadie feliz.
Yo no soy capaz de hacer a nadie feliz.
Es por eso que estoy sola.
Ya me da igual todo, en realidad.
Pero, ¿cómo seguir viviendo con este caparazón vacío y esta máscara desgastada?
No sé cuánto más podré resistir.
Resistí y resistí, cada día de mi vida.
Ya nisiquiera puedo sentir el dolor que opresionaba mi pecho con fuerza.
No sé si sólo desapareció, si se hizo tan habitual que ya no lo noto, o si simplemente se extendió por todo mi cuerpo como un cáncer.
¿Cómo puedo yo, hacer, para recuperar las ganas de vivir?