De las tragedias de mi vida
la peor fue pensar,
solo, en una habitación oscura,
largando raices sobre mi cama.
Torturado por mi memoria y mi imaginación,
repitiendo en mi cabeza errores
y humillaciones del pasado,
exagerandolas, imaginandolas,
recreandolas distintas, mejores, felices,
torturandome con el "pudo ser" o "debió ser"
gozando de un rencor sadico.

Pensando encontré la verdad,
entre libros polvosos, en claustros oscuros,
encontré la puerta a siglos de filosofía,
fuí feliz, si, pero solo un momento,
porque pensando me di cuenta
que por pensar nunca había trepado a un arbol,
y nunca habia jugado al futbol,
y nunca había sido niño,
y ya es tarde...

Y aunque la luz de mi juventud se apaga,
aunque el sexo ya no me da placer,
ni las drogas tranquilidad,
y ni la musica, ni las cartas desesperadas
puden seguirme encendiendo,
y ya no puedo enamorarme,
ni darme porqués platonicos,
todavía pienso
si mi crisis no será solo un chiste hormonal,
y tengo miedo de estarme mintiendo,
como siempre mentí.

me digo que tengo que escapar,
que tengo que recorrer nuevos caminos,
que me siento como el Fausto de mi era,
(y me pregunto si un coro de angeles me detendrá
a mí tambien cuando el veneno toque mis labios)
pero despues temo ser prematuro,
ser inmaduro,
...