Quiero lastimarme,lo deseo con absoluta vehemencia. Me encantaría sentir el dolor, pero, ni siquiera puedo hacer eso. Me acobardo cada vez que tengo la cuchilla en la mano. Tan cobarde soy que no puedo ni hacerme un simple corte. Quiero morir, mi vida es hueca e intrascendente. Sé que mi existencia no es necesaria, no aporto nada, no llevo conmigo alguna marca especial que me caracterize, soy tan fantasmal. El mundo no notará que una muchacha estúpida falta. Sé que mis allegados sufrirán un poco, sé que será poco, porque ellos son fuertes, ¡oh! En verdad fuertes. En cuestión de una semana me olvidarán y seguirán con su dulce vida. Y yo, habré obtenido el final que siempre quise. El placentero descanso que siempre deseé. Ser olvidada como era mi vida y mi muerte como será mi destino. Y me duele, lo admito, pero hay cosas que no se pueden cambiar, y que uno debe entender. Así son las cosas. Habemos muchos intrascendentes. Busco con cariño el suicidio. Será mi propia mano la que me de tranquilidad. Quiero ya mi descanso.