Saludos amigos y amigas que estáis viviendo este momento de inflexión en vuestras vidas, llevo todo el día pensando si escribir o no, si es mejor caminar en silencio hasta que se hayan completado todos los acontecimientos o dejar que mi susurro llegue hasta quién quiera escucharlo. Antes dejadme compartir que me ha llevado hasta aquí, no pretendo que mi historia sea más importante que ninguna de las vuestras, pero al fin y al cabo es la mía, y es la que me rompió.

Faltan pocos días para que cumplan los 2 meses en que ella decidió pronunciar las palabras "tengo que dejarte". Era uno de esos días que sabías que algo no iba bien, como que todo te estaba avisando que no volvieras a casa, de hecho, las señales empezaron meses atrás, pero yo ciego de amor y de confianza en ella era incapaz de interpretar nada. He de decir, que soy de carácter comprensivo, y entiendo que alguien deje de querer a alguien, al fin y al cabo nacemos somos y morimos solos, con fortuna alguien nos acompaña durante un tiempo, pero esta vez, los hilos del destino querían ver cuanto aguantaba. No era porque yo hubiera sido una mala pareja, simplemente se había enamorado de uno de sus jefes, llevaba meses con este tema y esa noche decidió que era el momento.

No puedo saber si fue el primer día en que yacía con el o bien era algo que se había consumado tiempo atrás, pero ya nada podía hacer, intenté buscar una solución, la perdoné, ciertamente lo he hecho. Pero por desgracia, no acabó en este punto, guardé sus cosas para que no se vería con todo fuera de lo que hasta ese día había sido nuestro hogar, puse toda mi voluntad para estar un fin de semana con ella, recogiendo todo, donde aun descubrí más cosas llevándome a desmayos y auto infligirme daño para acabar con el dolor mayor.

Pasó el tiempo y sus cosas seguían guardadas en una habitación, yo volví a trabajar pronto, le dije que no, por si quería volver salir corriendo a casa. Recuerdo esos días con cierta niebla, ya que era cuando apenas dormía una o dos horas al día y raramente comía algo. Pero aún así tenía rendir en el cargo de responsabilidad que ocupo. Me escondía en una sala a llorar cuando no podía más y volvía a casa sin recordar muy bien como había llegado.

La gente que me rodeaba no tardó en darse cuenta de mi dolor, y por eso rápidamente levante una imagen a mi alrededor, sonreía, hacía bromas, seguía con mis hábitos sanos y empezaba otros nuevos. Y aceptaba todo el apoyo, aunque ya sabía que algo iba mal muy adentro.

Después de insistir algo, conseguí que viniera a por sus cosas, me dispuse a sonreír y darle un abrazo deseándole suerte, habían sido seis años y medio juntos, para mi una relación maravillosa, para ella al final, no pareció ser suficiente. El día que llegó a por sus cosas, lo hice lo mejor que pude, pero ella me devasto con lo que nunca hubiera esperado, vino con él. Tuve que ver como toda nuestra vida era recogida por quién me había arrebatado todo.

En ese momento lo decidí, había sido la mejor versión de mi mismo, con mis defectos, durante esos 6 años y medio, siendo esa la moneda de cambio recibida. Pero no podía irme cuando yo quisiera, tengo una perra que ya es mayor, que ha sufrido mucho con la ruptura, así que por ella me mantengo aquí, decidiendo paso a paso ese último día.

Sigo trabajando, intento tomar siempre las decisiones más justas, mantengo mi honradez y mi calidez, sigo cuidando mi cuerpo. Pero es posible que uno se pregunte porque hacer todo esto si lo que quiero es partir. Porque hay que hacer que todo este horror sirva para algo, y ya lo estoy haciendo. Voy a donar todo mi cuerpo para que otros puedan vivir, por ahora empiezo con lo sencillo, dono sangre y me he apuntado para donar médula, por otro lado ya me he apuntado para donar mis órganos, pero es en este punto, donde tengo que trabajar. Cuando te suicidas hay un proceso lento policial, que haría que la mayoría de mis órganos fueran inservibles, con lo que ahora mismo estoy estudiando como hacerlo. Hay muchos otros que lo han hecho antes que yo, y de ellos estoy recogiendo toda la información para llegado el día hacerlo lo mejor posible.

Mientras tanto, intentaré hacer todo el bien que pueda a todo lo que me rodea, seguiré haciendo esas últimas cosas que siempre he querido hacer, pero esta vez será todo solo, para cuando cierre la puerta, nadie tenga que llorar por mí.

Agradezco que hayáis dedicado este tiempo a leerme.

Siempre vuestro,
S.