No tengo la menor idea de si volverás a esta página o si sólo fue algo de una vez, pero déjame decirte que tu comentario en mi historia iluminó mi mañana. No pensé que alguien la leyera, escribo para desahogarme y la subí a esta página porque aquí es donde estas cosas tienen sentido, donde la muerte y la tristeza se vuelven poesía. Cada uno de nosotros tiene su propia historia que contar y, ya sea que lo hagas bien o lo hagas mal, vale la pena ser escrita, leída o escuchada.
Rodrigo, puedes decirme Chihiro si es que volvemos a hablar, pero si no nos volvemos a encontrar te guardaré como un lindo recuerdo.
Aquí abajo te dejo algo que escribí, para ti y para todo el que quiera leerla.
Cuídate y que estés bien, lo digo de verdad.


Tu sombra se despega con rapidez de tu cuerpo dejándote solo
Dejándote con ese espacio vacío y no sabiendo si llorar o reír
En realidad, ni siquiera sabes qué sentir
Pero sigues ahí, sin saber cómo vivir ni cómo morir
Sigues ahí esperando y te ríes y sigues esperando
Vuelves a reír y lloras porque te estás ahogando
Y te ahogas porque no sabes cómo sentir o al menos qué sentir
Y duermes, duermes por horas y horas rogando que se acabe
Y te sientas a esperar, a esperar que algo pase
Que algo cambie
Pero sabes que esperar no vale la pena y te vuelves a levantar como si nada
Y te sigues ahogando, pero ya eso no importa
Ya no te importa nada, sólo te importa que el día se acabe
Y que mañana empiece todo otra vez
Esperas que todo sea diferente y ruegas con lágrimas que así sea
Pero dentro de ti sabes que no será así
Que mañana será igual a siempre
Y siempre será igual a muerte
Al menos a media muerte o a media vida
Eso depende de cuán positivo seas