sí, prefiero contar mi historia de una manera distinta. No quiero ayuda, no la necesito. Me conformo con escribir aquí y hablar de nada...
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Es realmente increíble como es que de un momento a otro las personas se encuentran en su límite, donde actúan casi por impulso; donde no consideran lo que dejarán atrás con tal decisión, si no que se basan en lo repulsivo del momento, enfocándose en lo desagradable que les resulta mantenerse con vida.

Todos tenemos ese límite, pero al momento de llegar a él, ¿por qué no recordar los lazos forjados? ¿Por qué no recordar y considerar el apoyo incondicional que nos es ofrecido?

Sin embargo, tú no quisiste pensar en nada de eso; tu solo llegaste a tu límite.

Me dejaste a la deriva en uno de mis peores momentos, pero desde ya quiero que sepas que no te culpo, más bien es todo lo contrario, día a día me culpo a mi mismo por no haber estado contigo, por no haber sido la razón suficiente para que siguieses respirando; día a día me odio más por no haberte aprovechado.

Pero esto no sólo se trata de ti, si no, también de mi.

Ahora soy yo quien no puede recordar dichos lazos, considerar aquel apoyo que sé que me brindarán y ver lo que estoy dejando atrás.

Por favor, aún no quiero llegar a mi límite.